Sunday, February 12, 2012

La suerte y la mala suerte. The wicker man.

De vuelta del primer concierto de la gira, en el coche de Ramón y con Fran leyendo un libro en el asiento de atrás me acordé de una cosa. Y ahora la reproduzco.

La suerte y la mala suerte. No pido más razones para decidir. Una vez volví de una estancia de dos años en Edimburgo. Ramón y Fran me recomiendan ver la película "The wicker man" y yo recuerdo cómo abandoné la isla.

Vuelvo por una ruta inusual. Nunca antes en los muchos viajes realizados desde que vivo aquí he tomado el camino de Glasgow Prestwick airport. Dicen que es el único sitio de la isla que Elvis visitó Dicen que bajó del avión y se volvió a ir. No sé si es verdad o sólo ironía escocesa.

Algo me decía que volvía de la guerra para meterme en el corazón de la miseria. Es triste cuando no sabes si has ganado o perdido. Esa es la tragedia de la suerte y la mala suerte.

Vuelvo en el asiento delantero de viejo volvo de mi amigo Paddy. Realmente nunca lo volví a ver. Eso me causa tristeza y no suelo echar de menos a la gente.

Me duelen todos los huesos desde los últimos 3 meses, la suerte es que pienso que un día terminará, la mala suerte es que 10 años después aún me duelen.

- Richi, hay una cosa que podíamos hacer, a modo de despedida. Hay una tecnología nueva con la que si mandas un mensaje de texto a la radio nos pueden dedicar una canción, y con suerte antes de llegar al aeropuerto la escucharemos.
- ¿En serio? voy a gastar todo mi saldo, voy a mandar todos los que pueda.
- Sí, pero qué canción pedimos.
-Estás de coña Paradise city, es lo único que puede adornar este momento de mierda. No lo dudes, manda el mismo mensaje varias veces.
- Edimburgo estuvo bien Paddy, es solo que no puedo aguantarlo mas. Sabes cuando te vas de un sitio que te está matando, que te arranca la sonrisa, ¿sabes lo que quiero decir?
- Claro, imagino.
- No, no estoy seguro de ello. Me marcho porque creo que algo me ha vencido. No sé de dónde vino, pero algo me ha vencido. Me voy de esta alucinante ciudad donde engañé a la mitad de todos los que conocí. Me voy y nadie se explica que alguien se retire en lo mas prometedor. Me voy y pienso que si me quedo voy a tener una horrible racha de mala suerte.
- Richi, lo mismo la llevas en la maleta, lo mismo esta racha de mala suerte está ahí dentro, tal vez no sea Edimburgo.
- No lo sé Paddy. La suerte y la mala suerte... lo cierto es que esta ciudad está llena de gente que viaja y a pesar de ello no presta atención a la suerte. Yo creo que es mi única religión, mi única superstición. Si me la llevo a casa, si continúo con esta racha, creo que no nos vamos a volver a ver. Pienso que voy a tener una reacción desmesurada, no sé dónde voy a terminar; tal vez, en un lugar horrible. Si la dejo en Edimburgo, tendrás que venir tú a verme porque no pienso pisar este lugar en la vida.
- Sí, pero hay otra opción: que la suerte no exista y todos tus problemas los tengas que solucionar, como una lucha interna o algo así.
- Si es así, si tú tienes razón te prometo volver por la puerta grande. Te prometo que Edimburgo me verá regresar.
- El aeropuerto está aquí mismo Richi. No hubo suerte con el tema de la puta radio.
-Bueno, gasté mi saldo, espero que en tu viaje de vuelta pongan esa canción y si no que les jodan. Cuídate mucho amigo.
- Tú también.

Salí de Escocia, salí de allí y no es fácil contar todo lo demás... eso está en las canciones y los textos que durante estos años escribí, en los viajes, en las giras... en momentos como los ratos muertos del primer concierto de la gira de The new Raemon Francisco Nixon y Ricardo Vicente.

Al final, iniciar trabajos musicales o personales es buscar indefinidamente la senda de la buena suerte...