
Cáceres
Los niños lanzan sus arcos, perfeccionan su técnica y cada 20 segundos negocian la próxima cucharada. Envidio esa libertad de los mercaderes etíopes. Me siento a la mesa y enseguida se dan cuenta de que mi dieta es infantil, que no como cosas con muchos contrastes y que me muero por tirar, aunque sólo sea una vez, con ese arco.
Hablamos de literatura, más bien de libros, del amor físico y casi enfermizo sobre los libros... me siento tan bien, me llaman desde casa desconsolados, richi, hay un señor que quiere quedarse con nuestras cosas, yo sonrío, sólo tengo un sombrero, fran se ríe, sabe que nunca voy a cambiar, sé que piensa que soy un desastre, todo corazón, hecho para el entretenimiento.
Pasamos horas hablando casi de los objetos,,, yo pienso en hablar de cuando era un soñador y se me ocurrió hacer un libro con las portadas de piedra, de hecho, fue mi primer libro,,, y fue un éxito, 70 copias para clientes de arte,,, qué loco estaba en aquellos días, cada piedra individual y única, el libro hecho a caligrafía y el texto interior,,, bueno, parte de mi adolescencia plasmada ahí... demasiado complejo para tener portadas normales,,, el que se lo lleva se queda mis obsesiones grabadas en piedra... pero decido no hablar de ello,,, prefiero jugar con el arco...
Hablamos del "Cuarteto de Alejandría" y empecé esta letra de canción... que habla de Justine.
Casi dedicada a Ana y a sus padres, por darme comida de niños y dejarme jugar al arco con su sobrino en el jardín...
"los solares áridos de Addis Abeba trajeron las langostas hasta el umbral de tus ojos, donde los colonos quisieron ver el paraíso, tus hijos mercaderes se quedaron con sus ropas.
Mordiendo tus tobillos arrastraste a los primogénitos hasta Alejandría y te convertiste en Justine, la cuarta culpable de mi asesinato.
Quién como tú cambiaba su piel ungida en los aceites del Nilo, quién fue tan adicta a los príncipes, a los músicos y los dueños de los pasaportes del norte de Africa.
Quién de todas las sectas de Babilonia escupía cómo tú, quién escupía desnuda mientras se acostaban contigo. Quién si pudiera, no moriría cuatro veces al día."